Este encantador ático, ubicado en el corazón del pintoresco barrio de Sant Antoni en Barcelona, ha experimentado una transformación impresionante en su reforma interior. Con un espacio limitado pero lleno de potencial ya que consta de tan sólo 36 metros cuadrados, la decisión clave fue abrir la sala de estar, comedor y cocina en un solo ambiente integrado, generando una sensación de amplitud y luminosidad.

El diseño se orientó hacia una estética moderna y minimalista, destacando la elección de elementos blancos en paredes y muebles. Esta paleta de colores luminosa no solo maximiza la entrada de luz natural, sino que también crea la ilusión de un espacio más grande y aireado. Las grandes ventanas permiten que la luz del sol bañe la sala de estar, resaltando detalles cuidadosamente seleccionados y creando una atmósfera acogedora y brillante.

El salón comedor, con una cocina integrada, se convierte en el epicentro social del ático. La simplicidad y funcionalidad son clave en la elección del mobiliario, con líneas limpias y tonos neutros que acentúan la sensación de apertura. Los electrodomésticos modernos y eficientes se integran hábilmente en la cocina, maximizando la eficiencia sin sacrificar el estilo.

La pequeña terraza, aunque modesta en tamaño, se ha convertido en un oasis exterior. Con suelos de madera y detalles verdes, la terraza ofrece un rincón encantador para relajarse y disfrutar del clima mediterráneo de Barcelona.

La reforma interior de este ático en Sant Antoni ha logrado un equilibrio armonioso entre la funcionalidad, la luminosidad y la estética moderna. Cada rincón ha sido cuidadosamente diseñado para maximizar el espacio disponible y crear una atmósfera acogedora y contemporánea en el corazón de Barcelona.